Día Mundial de la Enfermería... en MIS imágenes

Partimos de la foto que tenemos arriba... Enfermeras alrededor de una mesa en la que un médico atiende a una mujer con un niño. El médico dispone y las enfermeras, en actitud pasiva, esperan órdenes
      ¿Cuánto ha pasado de ésto?
      Empecé en el mundo sanitario a los 14 años de edad, estudiando Auxiliar de Enfermería, profesión que llegué a ejercer durante un tiempo...
Aquí me ven, haciendo el memo, con dos mi compañeras, a las que espero no les moleste que ponga una foto suya de hace tantos años (si así fuera, se me indica y la retiro). Como estudiante de auxiliar hice todo lo que llevamos en las bandejas: tomamos tensiones, hicimos glucemias capilares, pusimos insulinas y pusimos alguna que otra inyección intramuscular a pacientes vivos... El uniforme dice mucho de lo que era la enfermería por los años ochenta. Uniforme estúpido y servil. Uniforme pacato y machista. Uniforme segundón y clasista...
      ¿Ya no llevamos ese uniforme, de verdad? ¿De verdad...?
     Un uniforme que quizá ya no llevamos, pero que algunos nos siguen atribuyendo... De hecho no hace mucho se celebró el #TheCofiaDay, como protesta a esa cofia que muchos estamentos de la sociedad y algunos profesionales de la salud nos quieren seguir atribuyendo, restando importancia a la labor enfermera y negando el papel que poco a poco estamos logrando desarrollar a cabo, no sólo en el ámbito de la salud/sanitario, sino en la sociedad entera. Yo lucho a diario por ello...

      Tras unos arduos años estudiando mi carrera de enfermera, a la que llegué tras estudiar Técnico de Laboratorio, saqué mi título de enfermera y trabajé como tal en varios hospitales, la mayor parte del tiempo en Medicina Interna... Allí comprendí que nuestra labor es MUCHO MÁS que administrar medicamentos, tomar tensiones y hacer glucemias capilares, sacar sangre o coger vías... Empecé a comprender de verdad lo que suponía eso tan bonito que nos enseñaron en la Escuela: 
LOS CUIDADOS DE ENFERMERÍA
     Tuvimos que bregar (y enfrentarnos a...) con muchos médicos que cuestionaban nuestro papel, que nos impelían a obedecer sin chistar, a tener un papel de segundones jerárquicos... por que así había sido siempre; pero también empezamos a conocer a otros médicos y médicas que valoraban nuestras historias de enfermería como herramienta imprescindible para llevar a cabo un paquete de cuidados integrales basados en el conocimiento y el método científico. Éramos enfermeros y enfermeras jóvenes, que veíamos la enfermería de forma diferente y que mostrábamos a los médicos lo que eso suponía en el trabajo en equipo. Y eso a muchos de esos médicos les gustó y se aliaron a nosotros  No voy a decir nombres, como comprenderán, porque los excluidos podrían molestarse... Por primera vez hice informes de enfermería junto a un médico y mis informes se valoraban como necesarios  para que un paciente, al recibir el alta, supiera manejar su propia enfermedad hasta que Atención Primaria se ocupara de ayudarlos. Conseguí, por ejemplo,  junto a un médico en concreto, que pacientes recién diagnosticados de Diabetes se fueran a su casa pinchándose ellos mismos la insulina o que pacientes con úlceras venosas o escaras no se fueran a casa hasta que éstas estuvieran curadas o en vías de serlo...
Fue una época maravillosa como enfermera...
      Ahora, casi 24 años después, no ha cambiado casi nada. Bueno sí, he cambiado yo (ahora soy más mona, más resabiada y más segura de lo que hago). Ahora tengo más claro cual es nuestro papel como profesionales de enfermería en la sanidad y en la sociedad en general. Creo que somos imprescindibles en cualquier servicio de salud, hacemos una labor que sólo nosotros estamos preparados para llevar a cabo y esa labor es la que posibilita, junto al trabajo de otros profesionales, que los usuarios/pacientes/ciudadanos tengan posibilidad de restablecer su salud perdida o cuidar su enfermedad crónica o no enfermar o adquirir hábitos saludables o...
      Pero, hoy día, seguimos en el mismo punto que yo lo dejé. Ahora no hago Enfermería asistencial, hago una labor quizá más secundaria a lo que fue mi labor hace años. Y compruebo con estupor que no nos hemos librado de las cofias.
      Nos siguen teniendo atados a la pata de una cama: no nos dejan prescribir, no nos dejan realizar estudios de posgrado en todas las Especialidades que precisamos (excepto Matronas) ni nos dejan que, una vez conseguido, excepto los de matrona, podamos ejercer como especialistas. Nos quieren hacer regresar a una diplomatura añeja en lugar de dejarnos en el grado de 4 años que hoy ya tenemos... TENEMOS LA PATA QUEBRADA, no por nuestra mayor o menor capacidad, sino porque otros profesionales frenan nuestro desarrollo como sanitarios.
      Nos quieren sólo sacando sangre, pinchando intramusculares y poniendo sueros. Estas dos fotos son las que, PARA MÍ, muestran la verdadera actualidad de la enfermería: pata quebrada y congelación de nuestro papel, representado por una gota que no termina de caer.

El CONSEJO INTERNACIONAL DE ENFERMERÍA edita carteles tan monos como éste, que muestran los Objetivos del Milenio, destacando, supongo, el papel de gran trascendencia que tiene la enfermería para conseguirlos. Pero yo me pregunto, quizá de una forma muy ingenua para muchos y muchas... Si otros profesionales son capaces de frenar la capacidad de Enfermería para avanzar en su línea profesional, ¿cómo vamos a conseguir objetivos para ningún milenio? ¿No sería mejor que nos ayudaran a lograr nuestro objetivos como profesionales y después embarcarnos en objetivos para el milenio?
      Sí, sé que puedo ser muy simple y mis preguntas muuuy tontas.
      Quizá, quizá... quizá, el problema somos nosotros mismos como profesionales. Esto no es nuevo, lo he afirmado muchas veces.
«De todos modos no le echemos la culpa al sistema de nuestra limitada visión en la sociedad. Algo de responsabilidad es nuestra, sin duda. Si en docencia deben enseñar los mejores, seamos nosotros los mejores. Si queremos que nuestros cuidados tengan un respaldo científico, proporcionémoslo. Si queremos seguir avanzando y superando obstáculos, formémonos, superemos las trabas que encontramos a diario. Si hay que demostrar constantemente nuestra capacidad porque el sistema es así, esforcémonos en demostrarlo todos y cada uno de los días. Quejarse no sirve de nada, apalancarse a la sombra de otros es cómodo quizá, pero no permite avanzar ni romper límites que sólo nosotros vemos. Si no se trabaja en equipo, demostremos que el equipo es la mejor forma de trabajar.»
      A mí me parece que, en muchos aspectos, seguimos como en la foto que da inicio a este texto: las enfermeras de pie, alrededor de un médico, esperando órdenes... Y me da pena y rabia.


      En este escrito, que espero se pueda leer un poquito, el ICN o Consejo Internacional de Enfermería, nos pasa la mano por el lomo y nos lame las heridas, diciéndonos que somos los mejores para bla, bla, bla... Pero los gobiernos siguen pasando de nosotros y el primer gobierno que nos ignora, es el nuestro, el español, que mientras tenga ministros/as del calado que tenemos hoy día, vamos listos como profesionales.  Demos gracias a los dioses que no se nos vuelva a llamar ATS... Aunque no tengo muchas esperanzas, la verdad. Los recortes que sufren mis compañeros en hospitales y centros de salud hoy día, en residencias y en centros de discapacitados, los contratos precarios, los cierres de servicios..., muestran que son, como poco, los mejores profesionales del mundo, al ser capaz de seguir sacando el trabajo adelante con tan pocos medios y en condiciones socio-laborales poco menos que medievales.
      Bueno, después de tanto rollo reivindicativo y tanto bla-bla, voy a permitirme finalizar con una fotico llena de humor y que también muestra cómo se nos ve en esta, nuestra sociedad actual. Con una sonrisa me despido y con un bonito vídeo que plasma lo que de verdad somos: PROFESIONALES DE ENFERMERÍA y HOY DÍA 12 MAYO, ES NUESTRO DÍA. Hoy estoy multimedia...






Se celebra hoy el Día Internacional de la Enfermería, porque hoy es el cumple de Florence Nightingale... por eso véis tantas lamparillas por las redes sociales. Feliz Día..., todos los días.
      Y, por ahora, nada más. Cuidaos, por favor

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