Erradicar la Violencia Machista: Una Prioridad


He tratado el tema de la violencia en las familias de muchas maneras en varias entradas, no sólo en éste sino en mi otro blog. Es repugnante comprobar que cada día aparecen nuevos casos de personas agredidas en el ámbito familiar, niñosmujeres y ancianos. Hoy voy a pararme en la violencia sobre las mujeres, esa lacra que sufren cientos de mujeres, de forma cotidiana, sin que nadie se de cuenta y que cada pocos días arrebata la vida de forma espantosa a una mujer.

La violencia de género nace de la desigualdad y las relaciones de poder de los hombres sobre las mujeres, y se ejerce por quienes sean o hayan sido sus cónyuges o estén o hayan estado vinculados a ellas por relaciones afectivas, aún sin convivencia.

Esta definición se recoge en el Área de Igualdad del Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad español. La violencia contra las mujeres es un auténtico atentado contra los derechos humanos y que se está produciendo no sólo en España, sino en todo el mundo. Un estudio del Centro Reina Sofía estableció que 6 de cada 10 feminicidios en la Unión Europea se produce en el ámbito familiar. En España, el 67% de los feminicidios se producen a partir del instante en que la mujer decide separarse.
Estas son las estadísticas en el ámbito europeo, pero a nivel de otros países en los que la violencia sobre las mujeres no está tipificado como delito -y menos aún se recogen estadísticas-, en aquellos países en lo que los derechos de las mujeres ni siquiera están reconocidos, en los que las mujeres no tienen representación legal alguna, en los que las mujeres son meros objetos a disposición del hombre, de todos esos países nos llegan a nuestros medios, en forma de gotero, noticias horripilantes de lapidaciones, de violaciones, mutilaciones, esclavitud, de mujeres obligadas a ir a la cárcel o a casarse con su violador o de mujeres desfiguradas por sus parejas en arrebatos de odio... Todas estas aberraciones nos hablan del calvario que esas mujeres deben estar sufriendo sin que nadie haga nada por evitarlo o por ayudarlas. Porque lo más horrible es cuando la violencia sobre ellas parte de los propios estados.

Pero no podemos quedarnos sólo con los casos más llamativos. Detrás de esa punta de iceberg espantosa, hay miles de actos violentos que pasan demasiadas veces desapercibidos. Llamativas son las muertes y mutilaciones, pero pocos se fijan en la violencia y el maltrato psicológico: cuando una mujer no puede salir a la calle sin permiso, cuando es menospreciada o humillada, amenazada o insultada con regularidad... Todos estos atentados con las las personas pasan desapercibidos o, peor aún, se consideran como algo normal o lógico en el ámbito de la intimidad familiar.
Nosotros, los profesionales sanitarios tenemos por nuestra labor una capacidad concreta de detectar parte de los signos/síntomas que indican que una mujer está sufriendo maltrato, no sólo los físicos, sino los psicológicos. A ello debemos dedicar nuestro esfuerzo, formándonos en estos temas y obteniendo las herramientas que nos ayuden a un diagnostico precoz y a posibilitar una actuación temprana en colaboración con otros profesionales, para poder sacar a esas mujeres del entorno de violencia antes de que pase a mayores y no haya remedio.
Y también nosotros, como ciudadanos, podemos tomar cartas en el asunto: educación de nuestros hijos en igualdad, en el respeto, aportando valores positivos..., claro, pero también ayudando a denunciar a aquéllas mujeres (o a cualquier persona) que tengamos la certeza de que está sufriendo cualquier tipo de violencia o denunciando nosotros mismos cuando veamos un abuso de este tipo. Sí, todos podemos hacer algo, no podemos esperar a que actúen otros o las administraciones. Y, por último, la Justicia debe proporcionar la actuación rápida y eficaz que ayude a que una mujer pueda perder de vista rápidamente a su agresor e impedir que éste vuelva a tener acceso a ella. La Justicia no siempre funciona como debería y ello conlleva que muchas mujeres no se atrevan a denunciar por la torpeza de ciertas actuaciones que todos hemos llegado a conocer y que provocan vergüenza ajena. Algo así no puede suceder hoy día. Los violentos deben ser encerrados y apartados de sus víctimas para siempre.
Sí, todos podemos hacer algo. Todos.

PARA SABER MÁS: 
Y, por ahora, nada más.

Comentarios

CreatiBea ha dicho que…
Lola soy bastante sensible ante cualquier tema de violencia, pero ante la violencia de genero, aún más, si cabe.

El tema del machismo y la desigualdad me puede, ya sabes que siempre intento meter alguna cuñita por el blog, pues lo mismo hago en mi vida diaria: cuando veo algún acto o escucho algún comentario machista, no paso ni una y, por supuesto, no tolero nada que implique desigualdad.

Es nuestro deber parar los pies a algunos hombres y abrir los ojos a algunas mujeres. Si erradicamos el machismo que aún flota en el ambiente, disminuirá la violencia.

Me preocupa especialmente el tema del maltrato psicológico que pasa más desapercibido, pero ahí está.
Por eso me gusta la nueva campaña del gobierno.

Atención al aislamiento y a la humillación.

Siento este comentario tan largo...

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